Los mordiscos en niños de 1 a 3 años

¿A quién no le preocupan los mordiscos en niños? En la etapa que va del primero al tercer año de vida los niños tratan de comunicarse, tratan de comunicarse con sus familiares y adultos, por supuesto también tratan de comunicarse con los otros niños.

 Nos encontramos en una etapa en el que el desarrollo del lenguaje es mínimo, es decir podríamos hablar de una ausencia casi total del lenguaje oral, exceptuando algunos sonidos y formas de expresión, dicho esto, los niños utilizan el llanto, los gritos y en ocasiones cualquier tipo de contacto físico para relacionarse con los demás, en algunos casos tiran del pelo, muerden y arañan.

En este sentido lo primero que tenemos que tener claro es que no hemos de solucionar en primer lugar el tema de la mordida,  sino más bien tratar de averiguar, por todos los medios, las causas subyacentes por las cuales se está produciendo está conducta.

No se trata de hacer daño a los demás sino más bien de llamar la atención

 En este sentido hemos de tener muy claro que la conducta de morder, que tienen los pequeños en esas primeras etapas de la vida, no va encaminada a hacer daño obtener poder sobre el resto, se trata más bien de una especie de juego y en muchas ocasiones tan solo un instinto primario e involuntario.

Por lo tanto en primer lugar hemos de desterrar el que sea una conducta grave y alarmarnos en exceso, lo que sí debemos poner en práctica es toda una serie de medidas para disminuir esta conducta.

Una de las cuestiones que se ha visto clave es que no debemos introducir a los niños en juegos de luchas o peleas divertidas ya que podemos llegar a confundir les, pueden llegar a no distinguir si este hecho es está bien o está mal.

Los mordiscos se pueden prevenir

Los contextos en los que se ha visto que los niños se desarrollan en paz armonía y seguridad se han conformado como contextos en los cuales los mordiscos  raramente aparecen.

Los estilos de crianza con apego seguro, aquellos padres y madres que han sabido cuidar y hacer crecer a sus hijos de esta manera, lejos del estrés, llevando un estilo de vida más plácido y tranquilo.

Papás y mamás que han dedicado mucho más tiempo a sus pequeños han tenido hijos con escasos episodios de mordeduras.

Por supuesto en todos y cada uno de los casos se impone la lógica, es decir, observa como método más sencillo y directo para comprobar ante que situaciones y de qué manera utiliza el recurso de morder, de esta manera te será muchísimo más fácil encontrar soluciones adaptativas al problema.

Seamos el ejemplo a seguir. Hagámosles entender

En el momento en que se produzcan estas conductas de mordiscos sobre familiares o bien sobre sus amigos hemos de dejarles claro que está conducta no es correcta, hay que comunicarse directamente con ellos y trabajar aspectos tan importantes como la inteligencia emocional.

Es decir, hemos de ser claros y explicarles que los mordiscos ponen tristes y duelen a las personas sobre los que se propicia, la empatía en este aspecto es muy importante, no está demás nunca cuestionables si a ellos les gustaría o les gusta que les muerdan, esto provocará que sean más conscientes de la propia situación.

Relativizar y no etiquetar es la base para solucionar el problema DE LOS MORDISCOS EN NIÑOS.

Cuando nos llaman de la escuela diciendo que nuestro pequeño o pequeña ha mordido a otro niño la primera sensación que nos viene a la cabeza es la de una total y absoluta impotencia.

Es importantísimo que hablemos con la orientadora del centro, tratemos de llegar con ellos a un consenso o acuerdo, pongamos las cartas sobre la mesa y evitemos por todos los medios que se etiquete al pequeño o pequeña.

El centro debe de tener una visión holística y una actitud conciliadora, ha de entender perfectamente que estas conductas no están dirigidas a la dominación o al ejercicio del poder de los pequeños.

Nosotros por nuestra parte como papás y mamás también hemos de ser conscientes que en ocasiones serán nuestros pequeños y pequeñas los que muerdan o agredan mientras que en otras ocasiones serán ellos el objeto de estas acciones.

Por lo tanto también hemos de ser conscientes de no victimizar ni acusar de manera inconsciente a los pequeños.

Unos pequeños trucos para finalizar CON LOS MORDISCOS EN NIÑOS. Ponlos en práctica

No existe una manera mágica de actuar ante los mordiscos de los niños, pero sí que se ha podido comprobar que una serie de conductas tienen un efecto corrector sobre los mismos. Veamos algunas de ellas…

  • Se contundente pero de manera firme y con un tono calmado: dile “NO” cuando muerda a otro niño, explícale por qué no ha de realizar esta conducta, informarle de cómo se siente la otra persona, propón que le dé un beso.
  • Ofrécele siempre algunas alternativas ante su conducta de morder: explícale que las cosas se piden, que se piden por favor, que morder no es la manera adecuada para que por ejemplo nos dejen dos juguetes o un libro de colorear.
  •  Cuando realice acciones sin morder, que antes las hacía mordiendo, dale un pequeño premio o alabanza.
  • No lo humilles o avergüences, explícale las cosas sin chillar, por supuesto no le etiquetes bajo ningún concepto, ello va en detrimento de su autoestima y tan solo conseguirás que aumente su conducta de morder.
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