¿Qué es lo que nunca deberíamos decir a nuestros hijos? Todos como papás y mamás creemos hacer aquellas cosas que es conveniente que aprendan nuestros pequeños y pequeñas, por tanto aquello qué deberían saber, que deberíamos decirles. Esto parece ser una cuestión bastante clara.
Pero entonces, ¿qué es lo que nunca deberíamos decir a nuestros hijos? ¿Tenemos este aspecto tan claro como el anterior? Veámoslo detalladamente.
La explicación una buena praxis para su autoestima y autoconcepto
Todos aquellos aspectos, conductas, actitudes y frases, que os vamos a mostrar a continuación. Se pueden convertir en una bomba de relojería a la hora de minar la autoestima y consecuentemente el concepto de nuestros pequeños. Recordemos que se encuentran en una fase de desarrollo de su personalidad temprana.
Por otra parte no está de más recordaros, una vez más, el gran poder que tenéis como papás y mamás sobre vuestros pequeños y pequeñas, para ell@s sois el referente principal y todo aquello que digáis lo absorberán de manera inmediata, siendo para ell@s es tremendamente importante.
El primer paso y principal. Controla tus emociones a la hora de expresarte
Lo que para nosotros como adultos puede ser algo insignificante, una reprimenda por ejemplo, para ellos es algo tremendamente importante y con un peso emocional muy significativo en su desarrollo.
Es por eso que nuestro primer consejo es que controles tus emociones, sobre todo el lenguaje a la hora de expresarte con más los más pequeños y pequeñas de la casa, entiende que ellos tienen su propio universo y empatiza a la hora de dirigirte a ell@s. Podríamos decir resumiendo, que no es lo que se dice si no la manera que tenemos de expresar el mensaje hacia ell@s.
Actitudes, comportamientos y frases totalmente desaconsejadas
Te vamos a realizar un pequeño compendio de todas aquellas actitudes, comportamientos y con ello frases y sentencias totalmente desaconsejadas a la hora de dirigirte a tus hij@s.
No le alienes. Tira para allá y déjame estar, que pesad@ eres
Aquí hay un par de cosas significativas que nunca se debe hacer, por un lado no debemos hacerles sentir a nuestros hijos qué estorban o molestan, por otro lado no debemos nunca señalar con el dedo el lugar hacia el que queremos despedirle.
Los pequeños y pequeñas empatizan muchísimo y van a sentir este tipo de sentencias como una pesada carga emocional, es un ataque directo a la base de su autoestima.
Su derecho a llorar… Nunca le obligues a dejar de llorar a la fuerza
A veces en nuestro intento por educar de la manera más correcta nuestros pequeños olvidamos qué es universo emocional está en pleno desarrollo, para ellos muchas cosas no significan lo mismo que para nosotros.
Las lágrimas que expresan, sea por lo que sea, son la expresión de un sentimiento, una emoción, lo que debemos hacer es tratar de que comprenda esa emoción, pero jamás obligarle a reprimirla, diciéndole frases como “cállate ya que estoy hart@ de oírte llorar”, con ella no conseguiremos nada más que volver a incidir sobre su autoestima.
Si reprimimos las emociones de nuestros pequeñ@s estaremos generando en ellos unas personalidades retraídas y apocadas, tímidas y sin capacidad de expresar de manera adecuada ni sus sentimientos ni emociones.
Edúcalo de cara al futuro y jamás le digas que es un perdedor o perdedora
Una de las peores cosas que nunca se deja de decir a nuestros hijos es que son perdedores y menos aún tratarlos como tales.
Las frases de,” si sigues así nunca conseguirás nada”, “de esa manera nunca vas a llegar a ser nada”,” no vales para nada y serás un perdedor” y un largo etcétera, se convierten en auténticas cargas de terrorismo emocional hacia los pequeños y pequeñas.
Se van a sentir muy infravalorados, ello, desgraciadamente se ha comprobado por distintos estudios, qué es algo que se mantiene durante la adolescencia y gran parte de la vida adulta, dificultando les el acceso al mundo laboral y, en algunas ocasiones, interfiriendo también de manera muy negativa en las relaciones emocionales en general.
Las comparaciones son odiosas… Te explicamos por qué
Una de las últimas actitudes o comportamientos que muchas veces tenemos hacia nuestros hijos es el de compararlos con sus hermanos, ya sean mayores o menores.
Las típicas frases y conductas como “deberías hacer lo mismo que hace tu hermana”, “¿no ves cómo se comporta tu hermano?”, “parece mentira que seas hijo mío como tu hermano, uno tan bueno y otro tan irresponsable” y un largo etcétera.
Ejemplos y conductas como estos hay a miles, por qué nunca deberíamos realizar las comparaciones es muy sencillo, cada uno de nuestros hijos tiene su propia personalidad, sus propios esquemas mentales y por supuesto, su propio sistema emocional.
Cuando comparamos a nuestros hijos con sus hermanos, lo que conseguimos en muchísimas ocasiones es que se vuelvan a sentir infravalorados, generamos en ellos un sentimiento de aislamiento, de que no significan o valen lo mismo que su hermano.
Ello puede generar conflictos entre ellos además de hacer sentir ese aislamiento y ese sentimiento de poca pertenencia al núcleo familiar, cosas que aunque nosotros no seamos capaces de ver, se produce a nivel inconsciente en nuestros pequeños@s.
Conclusión, actúa, piensa, siente, exprésate, cómo te gustaría que hicieran contigo
Sabemos lo difícil que puede resultar en muchísimas ocasiones la educación de los pequeños y pequeñas, en la sociedad actual es tremendamente complicado, falta de tiempo, falta de dedicación, abuso de la sociedad tecnológica.
Pero por ello, ahora más que nunca, nuestra reflexión final va en el sentido de que te comportes a todos los niveles con tus hijos de la misma manera en que te gustaría que se comporten contigo.
Recuerda, como siempre, que aprenden por imitación y observación. Recuerda y jamás olvides que tanto ya seas papá o mamá vas a ser el ejemplo a seguir para ellos durante muchísimo tiempo.
