La obesidad infantil: otra pandemia del siglo XXI

La obesidad infantil es un problema que cada vez se acentúa más. Que el Covid  ha cambiado muchas de nuestras costumbres y maneras de vivir no es ningún secreto. La nutrición y el estilo de vida no han escapado a la pandemia del Covid y ha producido en nuestros niños y adolescentes un aumento considerable de las tasas de obesidad.

Los pequeños tras largas horas de confinamiento. Unidos inexorablemente al ocio digital durante gran parte del día, han convertido el sedentarismo y la inactividad física en la bandera del ocio a raíz de la crisis del coronavirus.

Aladino 2019 y la confirmación de una tendencia muy negativa

El informe Aladino 2019, ya confirmaba que los índices de sedentarismo y obesidad infantil y juvenil estaban en un claro ascenso. Tras la pandemia del coronavirus estos índices se han disparado a niveles anteriormente nunca conocidos.

Los datos son tremendamente preocupantes en la población española. Nos lleva a una reflexión sobre el uso que realizamos del entorno digital y su inexorable unión al sedentarismo totalmente patológico.

Tras distintos estudios realizados en comunidades escolares en nuestro país la tendencia se confirma, a los ya preocupantes porcentajes de obesidad hay que añadir que además de ellos un 4,2% de los escolares estudiados presenta obesidad grave.

El cambio en los estilos de vida es la base de esta nueva pandemia

La crisis del coronavirus ha provocado un cambio muy importante en el estilo de vida de los españoles. La mayoría ha optado por un aumento de la ingesta calórica. Además de ello con alimentos de contenido calórico más alto y de fácil preparación.

Se ha abandonado, en cierta medida, el consumo de alimentos tradicionales abonando nos a la comida rápida, fácil de preparar, además de económica.

Según distintos estudios, más del 70% de los niños y niñas españoles realizan en este momento mucha menos actividad física que antes de la pandemia. Y esto incide directamente en el índice de obesidad.

Según distintas opiniones médicas recogidas por distintos medios, están en este momento apareciendo casos de diabetes tipo 2 en jóvenes incluso en el sector adolescente cosa que era totalmente imposible hace dos o tres décadas.

De no revertirse esta situación a breve plazo podríamos encontrarnos que prácticamente un 80% de los niños y jóvenes podrían llegar a convertirse en adultos con obesidad media o grave.

La obesidad infantil y sus patologías asociadas.

No hemos de perder de vista que el fenómeno de la obesidad infantil. La nueva pandemia del siglo XXI, provoca tanto trastornos emocionales como físicos en los pequeños y pequeñas.

 A nivel emocional, la obesidad infantil provoca una bajada tanto en la autoestima de los pequeños y pequeñas como en su rendimiento en la escuela. Además de ello en algunas ocasiones puede convertirse, desgraciadamente, en objeto de bullying por parte de compañeros en el entorno escolar.

A nivel físico, la obesidad infantil no llevaría a un conglomerado de problemas que irían desde la diabetes, pasando por la hipertensión, las alteraciones del sueño, así como problemas en los huesos y articulaciones, cansancio e incluso asma y dificultad para mantener una respiración adecuada, además del consabido problema de la transpiración excesiva.

La familia, papás y mamás, un factor clave a la hora de prevenir esta nueva pandemia

 ¿Cómo podemos hacer para prevenir esta situación?, pues en primer lugar adoptando un modus vivendi y comunicándose a nuestros pequeños y pequeñas a través del cambio.

Reforzar a nuestros hijos con la toma de conciencia de una dieta y estilo de vida en el que la actividad física forme parte del día a día. Así como ir abandonando poco a poco las largas horas de ocio digital.

Aumentar también las horas que pasamos con ellos, realizar con ellos juegos y actividades en las que la parte física esté completamente involucrada.

Como siempre, os recordamos una vez más que los niños y niñas, más en los primeros años de vida, aprenden por observación e imitación. Por ello una de nuestras grandes líneas de actuación será tener como adultos una alimentación sana y equilibrada, realizar ejercicio y actividades de ocio activo para que los pequeños sigan nuestro ejemplo y crezcan sanos y alejados de esta nueva pandemia del siglo XXI, la obesidad infantil.

Como vemos pues no se trata de un problema al que con el tiempo se puede llegar a una solución sin tomar las medidas adecuadas, nos encontramos ante una nueva pandemia del siglo XXI. En esta nueva pandemia nos hemos de ver implicados tanto comunidades educativas como familias y el propio Estado para evitar un grave problema de obesidad mórbida en la edad adulta.